miércoles, 1 de agosto de 2007

¿Pasta especial?


Me ha llamado la atención que, últimamente, se hable y mucho sobre si los toreros estás hechos de una pasta especial, dada la rapidez con que se reponen de las cornadas que reciben en las plazas. Me resulta increíble que esto se afirme, además, en los medios masivos de comunicación como si se estuviera hablando de una verdad científica, de una raza superior, de súper-hombres que se distinguen del resto de los mortales por estar hechos de una “pasta especial”.


Durante la semana pasada, he visto este tema tratado en un programa de la tarde de Tele 5 y en un programa de TV1. Pues yo no sé entonces de qué pasta están hechos los miles y miles de personas que llegan a nuestras costas en cayucos en busca de una vida mejor, gente que no se ha dedicado a largas jornadas de entrenamiento previo a la peligrosa y dramática travesía que les aguarda. Tampoco sé de qué “pasta especial” están hechos los niños soldados, los esclavos, los refugiados, los ciudadanos de países en guerra. Ni tampoco sé si los trabajadores de las ONG’s, los misioneros, los defensores de los derechos humanos y de los derechos de los animales están hechos de un material especial. Nadie se ha dedicado a estudiarlo… aunque todos ellos sean verdaderos héroes.


Todo ello, sin hablar de todas aquellas personas que sufriendo terribles enfermedades se enfrentan cada día a la lucha por la vida, su propia vida, sin que por ello ningún medio dedique a estas personas un reportaje especial para que sepamos de qué están hechos… Yo creo que he dado con la respuesta con respecto a los toreros: están hechos del mismo material que estamos hechos todos, los de la especie humana y los de la especie animal: un conjunto de carne, tejidos, músculos y arterias.
Por ello no son héroes ni semidioses de ningún Olimpo, ni mucho menos: son personas sanas, que ganan una muy buena suma de dinero por enfrentarse a toritos que están muy lejos de ser bravos (basta leer semanalmente las críticas taurinas para ver que la ausencia de “bravura” es la norma); como dicen los mismos aficionados, son toros “sin casta”. Y todo esto, pagado con dinero público. ¿Que de qué pasta están hechos los toreros? Pues eso: de “pasta” pública, de nuestra pasta…